TEXTO DE SALA EXPO PATCHWORK

CC EL NIGROMANTE

 

El proyecto de la Manta de curación/Patchwork Healing Blanket es una iniciativa de la artista y curadora Marietta Bernstorff para procesar por medio de la creación plástica las heridas sociales y personales provocadas por la violencia hacia las mujeres, la niñez y el medio ambiente.  Se trata de un proyecto colectivo en el que se unen los esfuerzos de mujeres de México y otras partes del mundo para gritar “¡Ya basta!” ante la falta de respeto a sus cuerpos, sus vidas y su entorno natural. Por medio de la integración de imágenes y textos elaborados de forma artesanal, en un contexto de sororidad, se abre un espacio para reconocer la gravedad de los atropellos experimentados y se convoca a la unión para luchar contra ellos. 

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       En 2020, 600 cuadros de tela intervenidos con bordado, pintura, fotografía, grabado y otras aplicaciones fueron cosidos juntos para formar una manta enorme que se desplegó en el Zócalo de la Ciudad de México. El proyecto continuó a nivel nacional y global en el periodo de la pandemia Covid-19, durante el cual se agudizaron los problemas de violencia de género en todo el mundo. Actualmente, la convocatoria sigue vigente y la manta sigue creciendo, enriquecida por talleres, conversatorios y exposiciones que gestionan diálogos, concienciación y apoyo afectivo para contrarrestar la cultura de violencia. La fuerza de la Manta de curación como un conjunto—producido pieza por pieza, y de país en país--es evidente en la presente muestra, que incluye solo una parte del resultado de este proceso compartido. 

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      Asimismo, los libros de artista presentados en la exposición trasladan el principio de esta iniciativa a formatos narrativos individuales que ponen en juego el cuerpo, el tiempo y la imaginación creativa, para presentar testimonios y reflexiones que vinculan lo personal y lo político, comentando experiencias que en algunos casos son individuales o familiares pero a la vez se reconocen como compartidas con mujeres de todo el mundo. Realizadas por diversas creadoras, la mayoría fotógrafas, combinan este medio con el bordado y otras aplicaciones para crear dispositivos multisensoriales que convocan al afecto, el coraje y la resistencia ante la violencia de género tanto en el ámbito doméstico como en el entorno laboral y legal. Y a la vez, a través de sus sutiles cualidades plásticas y procesos íntimos de producción, introducen una vía no-violenta para ir sumando subjetividades y voluntades de transformación hacia un futuro distinto. 

                                                                    

                                                                                                                                                    Karen Cordero Reiman